Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Pro.22.6 - Hoy esta idea no ha pasado de moda, ni está tirada en el cesto de los papeles, pues su vigencia es tan actual como en el tiempo en que fue pronunciada. La educación del niño hoy es primordial, dado que como se ha dicho más de una vez, trabajar en el crecimiento educativo de la niñez, es trabajar con el material humano que ha de guiar al mundo en los tiempos futuros.
“Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño”.
1 Samuel 1.24 Desde el principio de los registros históricos bíblicos, los niños siempre han sido la preocupación de Dios:
- Dios se ocupó de Ismael cuando estuvo a punto de morir de sed en el desierto, enviando un Ángel en su ayuda (Gen.16)
- Se ocupó del hijo de la viuda de Sarepta, enviando a Elías a resucitarlo (1 Reyes 17).
- Y se ocupó también de un jovencito llamado Daniel llenando su corazón de piedad y firmes decisiones. (Dan.1)
Hoy como ayer el Señor se ocupa de los niños, enviando a alguien a ayudarlos o tratando personalmente con ellos.
Es la “escuelita”, la encargada de traer la ayuda de Dios a los niños en este tiempo y de formarlos en cristianos firmes y estables para que en el futuro, sean ellos los maestros y lleguen a ser los ministros que Dios tiene para cada generación.
La palabra del Señor es muy clara al respecto: Deut.6:4-9:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Prov 22:6. "Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él."
Este versículo señala por lo menos tres detalles en relación con la persona humana.
- Un camino.
- Un fin del camino.
- Unas posiciones firmes.
En las primeras etapas de su vida, el ser humano tiene toda una vida por delante, vida en la que seguramente tendrá que pasar diferentes situaciones que siendo buenas o malas las podrá superar en la medida en que haya sido preparado en su infancia. Para esto, existe la escuela pública o secular, la escuela secundaria y las carreras universitarias, más es necesario entender que el camino del ser humano no termina coronando una carrera, pues va mucho más allá y se interna en las sendas de la eternidad, señalando un futuro que es el hombre quien se lo labra aquí en la tierra.
Es aquí donde tenemos que ver que la escuela enseña a leer. La secundaria prepara al hombre para su futuro profesional y la universidad le da instrucciones que lo facultan para ejercer un trabajo con profesionalidad. Lamentablemente ninguna de las tres le dice al hombre como preparase para después de la muerte y como enfrentar ese futuro eterno, en el que muchos creen, otros directamente lo niegan y otros cobardemente lo eluden. Es aquí donde juega un papel determinante, la educación cristiana que el hombre ha recibido en su niñez. Por eso la palabra instruir cobra en este versículo un significado muy importante donde propiamente dicho en el hebreo significa "Iniciar, disciplinar, adiestrar, estrenar, dedicar".
1 Sam. 12:20-25 “Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón. No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo. Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto. Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros. Más si perseverareis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis."
"Instruye", entonces es en este texto de la Biblia una exhortación a tomar las vidas e instruirlas en las verdades divinas, iniciarlas en los caminos del Señor, enseñarles las normas de la vida en Cristo, capacitarlos para enfrentar la vida futura, ponerlos en el mundo como personas nuevas (a estrenar) y dedicarlos para una vida de servicio a Dios.
Mas la educación Cristiana no puede ser impartida por nadie que no sea cristiano, de manera tal que es necesario entonces entender que esta tarea es específica de la Iglesia y de manera especial de personas que hayan sido llamada por Dios a este trabajo tan delicado pero a la vez tan importante.
Si la persona que enseña niños no es llamada y capacitada por Dios, su trabajo será un fracaso, sus resultados serán totalmente negativos y su vida será una frustración total, por no poder llevar a cabo esta función.
Por eso que quien desea enseñar niños, tiene que poseer ciertas cosas que las da únicamente el Señor.
Estas cosas son:
- La seguridad de la salvación.
- El llamado a enseñar. “…el que enseña en la enseñanza” (Romanos 12:7)
- El fruto de la paciencia “…amor, gozo, paz, paciencia…” (Gálatas 5:22)
- La obediencia a Cristo: “…dejad a los niños venir a mi” (Marcos 10:14)
- La mansedumbre del maestro: “…aprended de mi que soy manso” (Mateo 11:29)
Cumpliendo con todas estas cosas estamos preparando a la humanidad para ese camino que le espera en el transitar por la vida.
Continuará en una segunda parte.
Bendiciones en Cristo Jesús, su hermano Josué Nayib.